jueves, 26 de marzo de 2009

LA OPORTUNIDAD DE LA CRISIS

A lo largo de la historia, las transformaciones del sistema económico dieron lugar a la necesidad de innovar. Por ejemplo, con el colapso del fordismo se tendió a la flexibilización, es decir, hubo un cambio en el paradigma productivo, con el que se pasó de la gran producción a la especialización.
Hasta que hemos llegado al mundo dualizado, en el que dominan y controlan las grandes empresas, pero las que producen realmente son las Pymes.

Con esta breve introducción lo que quiero plantear es que las crisis suponen una necesidad de innovar, de cambiar algo, para salir del agujero, para que no vuelva a pasar... Y basándome en Piore y Sabel, la tendencia es hacia dos modelos muy diferenciados: 'el Keynesianismo multinacional' y la 'especialización flexible'.
El primer modelo, plantea una extensión de los de los principios de la organización institucional que dieron lugar a la gran empresa y a la macroregulación. Sin embargo, para que esto se lleve a cabo sería necesario reavivar un sistema de regulación macroeconómica y reorientar las instituciones económicas internacionales ya existentes, como el FMI, es decir, hacerlo competente y con funcionalidad real. El keynesianismo no es algo filántropo, sino una política económica para que el sistema de mercado cerrado funcione.
La alternativa a este keynesianismo multinacional sería la especialización flexible y su expansión y difusión dependerá de la creación de instituciones que resuelvan los problemas microeconómicos y macroeconómicos del crecimiento a lo largo de una nueva trayectoria tecnológica.
La elección de uno u otro dependerá de las características grupales y de la distribución justa para cada tipo de sociedad. Aunque, claro está, la situación ideal sería una integración de las dos posturas.

Intentaré seguir indagando en estas cuestiones. De momento, lo único que me queda claro es que "los que menos innovan se quedan rezagados".

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